Conflictos empresariales, amenazas, órdenes de alejamiento que podrían estar siendo incumplidas en casos de violencia de género, o simplemente la sensación de ser espiados. Los motivos para solicitar una contravigilancia a un detective privado son numerosos.
Sin embargo, sea cual sea la razón, todos tienen un nexo en común: necesitan verificar si son observados y seguidos.
El servicio de contravigilancia consiste en detectar si dicha observación se está produciendo y, en caso de ser así, identificar a la persona o personas que la realizan para, de esta forma, disipar las dudas sobre por qué se están realizando esos seguimientos, ya que los motivos normalmente se desconocen.
El detective privado, como experto en seguimientos, podrá determinar si la vigilancia se está produciendo, confirmando así las sospechas previas, y aportar pruebas de ello.